Jazmín recargó su cabeza sobre el hombro de Gabriel y con el paso de las horas, el la llevó a la alcoba la cual estaba llena de pequeñas velas rojas encendidas, la cama cubierta por sabanas rojas y en centro de esta una rosa blanca.
Poco a poco la fue despojando de sus ropas mientras la sentía temblar como la luna en el agua. Se vieron rodeados por el color rojo, entendido por las personas como el color de la pasión. Gabriel cubrió de caricias tiernas y besos apasionados a aquella mujer, llenando el lugar de amor, pasión y locura.
Al término de aquel apasionado momento el le dijo algunas palabras hermosas:
- Te extrañe demasiado, estos meses me parecieron una eternidad, pensé que nunca mas te volvería a ver.
Ella le comentó:
- Este momento es el más maravilloso de mi vida, para mí en este momento la muerte sería bella si hoy muriera junto a ti, además mira la luna esta celosa por que tú y yo estamos juntos. Al término de estas palabras se abrazaron y se quedaron dormidos. Aunque Gabriel se quedo un poco inquieto por no poderle decir la verdad; a la mañana siguiente a primera hora el despertó, la mañana era fresca y tranquila así que tomo de una pequeña libreta una hoja y comenzó a escribir.
Jazmín:
El día de ayer me hiciste recordar los bellos momentos que pasamos juntos, me hiciste recordar aquellos momentos de pasión y deseo. Nunca olvidare tu belleza y hoy te hablo así por que no me atreví a decir la verdad.
Tengo que irme y no te puedo llevar conmigo, solo quiero dejarte este poema antes de marcharme:
Ojos color azul,
Labios sabor a miel,
Cerca de mí,
Siempre te voy a tener.
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